¿Por qué haces ejercicio y quizá no veas resultados? Consejos

La mayoría de la gente hace ejercicio para obtener algún resultado: Ganar músculo, adelgazar, ser más veloz, más flexible, tener buena salud.

Cuando comenzamos cualquier plan de entrenamiento que puede ser desde correr, nadar, o cualquier rutina en el gimnasio es natural que veamos resultados casi de inmediato. El primer mes, por ejemplo, logramos bajar un par de kilos, el cuerpo comienza a tonificarse, nos volvemos más veloces, etc.

El problema ocurre cuando después de varios meses de hacer ejercicio dejamos de ver cambios, como quien dice: ¡Nos estancamos! ¿Por qué pasa esto ? Si le seguimos echando las mismas ganas que al principio… Esto es muy frustrante para todos y es uno de los factores por los que la gente renuncia a seguir con su rutina.

Lorena Pontones, exatleta de alto rendimiento y entrenadora, nos enlista una serie de posibles culpables.

Haces siempre el mismo ejercicio. Por ejemplo, siempre corres entre 7 y 8 kilómetros o si andas en bici siempre lo haces durante el mismo lapso de tiempo; en el gimnasio, sí varias la rutina de pesas pero la repites igual cada semana. 

Lorena Pontones sugiere hacer ejercicios diferentes dependiendo a tus objetivos. Si quieres ser más veloz, además de correr tendrías que hacer ejercicios de fuerza; si quieres tonificar tus músculos tendrías que mejorar tu flexibilidad y hacer yoga además de las pesas o el ejercicio funcional.

No comes adecuadamente. La alimentación es una de las bases para lograr resultados haciendo ejercicio. Puede ser que estés comiendo más calorías de las que estás quemando (juras que porque hiciste una hora de spinning tienes derecho a comerte un pastel en la noche) o, por el contrario, puede ser que no estés comiendo lo suficiente. 

Si te estás saltando las comidas para adelgazar déjame decirte que estás logrando el efecto contrario pues el metabolismo se vuelve más lento. Otra posibilidad es que no aunque no te saltes ninguna comida estás siguiendo una dieta muy estricta para el nivel de entrenamiento.

No te retas o por el contrario, te sobreentrenas.  El cuerpo se acostumbra a la misma rutina, tienes que exigirte más. Quizás no puedas ejercitarte durante periodos más largos de tiempo pero si puedes hacer cambios de intensidad o de velocidad; si corres puedes hacer intervalos o cuestas que mejoren tu rapidez, en el gym puedes intercalar sesiones de alta intensidad con otras más ligeras. 

Si por el contrario estás entrenando demasiado duro y demasiadas horas es probable que tu cuerpo esté generando cortisol, la hormona que perjudica al metabolismo y que hace que pierdas músculo.

No descansas lo suficiente. Dormir bien y descansar algunas jornadas es tan importante como el ejercicio mismo. Durante el sueño es cuando el cuerpo repara los músculos y hace las adaptaciones necesarias para mejorar el rendimiento. Asimismo, si no descansas adecuadamente tu cuerpo se estresa y se pone en modo alerta lo que ocasiona que retengas grasa.