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¿Sabías que existen ejercicios de respiración?


¿Ha notado alguna vez cómo respira cuando se siente relajado? La próxima vez que te relajes, tómate un momento para notar cómo siente el cuerpo. 

O piensa acerca de cómo respiras cuando te levantas por las mañanas o poco antes de irte a dormir. Los ejercicios de respiración pueden ayudarte a relajarte, debido a que hacen que el cuerpo se sienta de esa forma cuando ya estés relajado.

La respiración profunda es una de las mejores maneras de reducir el estrés en el cuerpo. Esto se debe a que cuando respira profundamente, el cuerpo envía un mensaje a su cerebro para calmarse y relajarse. 

Luego, el cerebro envía este mensaje al cuerpo. Aquellos factores que ocurren cuando está estresado, como un aumento de la frecuencia cardíaca, una respiración acelerada y una presión arterial alta, disminuyen a medida que respira profundamente para relajarse.

Puntos clave

La forma en que respira afecta todo el cuerpo. Los ejercicios de respiración son una buena forma de relajarse, de reducir la tensión y de aliviar el estrés.

Los ejercicios de respiración son fáciles de aprender. Puedes hacerlos cuando quieras y no necesitas herramientas ni equipos especiales para hacerlos.

Puedes hacer diferentes ejercicios para ver cuál funciona mejor para ti.

1. Respiración profunda

El ejercicio más sencillo de realizar de los que se presentan aquí. Básicamente sirve para tranquilizarse tras una situación de estrés o esfuerzo. 

Se basa en tomar aire por vía nasal, mantenerlo en los pulmones y finalmente soltarlo con suavidad por la boca. Cada uno de los pasos ha de durar alrededor de cuatro segundos.


2. Respiración diafragmática/abdominal

Este ejercicio resulta también de gran sencillez. Es semejante al anterior, pero en este caso la respiración va a ser abdominal. Para llevarlo a cabo se precisa de un lugar en el que poder estar cómodo, preferiblemente sentado o tumbado. 

En primer lugar se inspira por vía nasal durante alrededor de cuatro segundos, manteniendo el aire en tu interior durante unos segundos y expulsarlo por la boca suavemente. Se requieren inspiraciones largas, entrando en el cuerpo un volumen elevado de aire.

Poniendo una mano en el estómago y la otra en el pecho es posible comprobar si se está llevando el aire correctamente a las zonas pretendidas. La mano del pecho no debería moverse al inhalar, mientras que debería notarse el aire llenando el vientre.

Este entrenamiento provoca el control parasimpático y el descenso de la tasa cardíaca. Se recomienda intentar generalizar y automatizar este tipo de respiración con el fin de mantener un cierto control sobre el arousal o nivel de activación del cuerpo.


3. Respiración completa

Este tipo de respiración aúna en una sola técnica respiración profunda y abdominal. El proceso comienza con la expulsión de todo el aire de los pulmones. 

Se procede inspirando suave y profundamente hasta llenar en primer lugar el abdomen, para continuar inhalando hasta llenar también los pulmones y pecho en una misma inhalación. Se mantiene el aire unos segundos y posteriormente se procede a expulsar oralmente y con lentitud primero tórax y luego abdomen.


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